Una buenísima salsa rosa que me la enseñó hace muchísimos años un cocinero con el que trabajé en el hospita Pascual, yo de pinche ¡claro!, y lo que más hacía era fregar cacharros y emplatar las bandejas de los enfermos, aunque también hice alguna cosilla para la cafetería; eso sí aprender , aprendí bastante, a cortar con cuchillos gigantes jejeje, a manejar las herramientas que normalmente se tienen en una casa pero a lo bestia y así cuando hacía algo en mi casa parecían cacharros de juguetes los que tenia en mi cocina. Me acuerdo el primer día que hubo enfermos y que jamás se me olvidará, estaba yo sola y sin nada de comida en la cocina gigante, el cocinero se habia marchado y nadie le dijo que aquel día había que servir cena para 17 enfermos. Cuando llamaron de centralita a la cocina y me dijeron que habia que preparar 17 bandejas, uf no sabeis lo que me entró y yo pensando y ahora ¿¿¿¿que hagoooooo???? y sabeis qué, lo solucioné rápido, sopa para toooo el mundo y tortilla a la francesa, una buena ensalá, una fruta o yogur y a correr; al otro día me tenía que escuchar el cocinero por haberme dejado sola y creo que me escuchó hasta el que pasaba por la acera jejeje. Bueno os dejo con la salsa rosa que es a lo que he venido y perdonad pero hay cosas que no puedes evitar que te traigan recuerdos y esta receta es una de ellas.
